jueves, 25 de diciembre de 2008

En lo alto del mundo


Cuando Perséfone vuelve al inframundo y el frío viento del norte se apodera de los corazones rotos, vestida de blanco neutro ondeando su pelo por la brisa suave, que a la vez perfila una silueta esculpida en frío hielo glacial, sonrisa cálida, ojos negros como el cielo de la noche.

Allí estábamos los dos, solos contemplando el mundo desde su cima, sintiendo el latir de nuestros corazones, como pálpito sobresaltado de la mañana por la horrible melodía de tu despertador. Tumbado sobre tu sábanas, manto de nieve q cubría nuestros cuerpos incandescentes de pasión, sudores fríos recorren mi cuerpo, escuchando una canción de soul de voz rota, como melodía de nuestras vidas, voz rota como mi esperanza con el pensamiento de que no estés a mi lado, de no sentirte cerca de mi, de no poder recorrer con mis dedos tu espalda a la luz del alba mientras tu sueñas con castillos de papel construidos en el aire.

No es posible que este invierno de mi vida duré mas, de que salga el sol, Perséfone vuelva con su madre y otra vez rebrote en mi vida un alo de luz, de felicidad, una sonrisa eterna esbozada en tu angelical rostro.

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